Crece la preocupación en el sector textil por las importaciones
La industria advierte una caída histórica en la actividad, cierre de fábricas, pérdida de empleo y un aumento de la ropa importada —incluida la usada— que agrava la crisis del sector.

(CNN Radio Argentina) -- Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer, expresó en Regreso CNN de Pepe Gil Vidal su preocupación por la situación que atraviesa la industria textil debido al aumento de las importaciones, la caída del consumo y la falta de controles aduaneros. Señaló que actualmente “estamos en una utilización de la capacidad instalada del 40%”, lo que significa que “seis de cada diez máquinas están paradas”, un nivel que calificó como “insostenible desde el punto de vista industrial”.
Según explicó, la caída del consumo es hoy el principal problema: “La gente no tiene su capacidad de compra luego de pagar los servicios esenciales, y no le da para comprar indumentaria”. A esto se suma el ingreso masivo de productos importados tras la baja de aranceles y la eliminación de controles, lo que calificó como “un subsidio a los chinos, llamándolo de otra manera”.
El impacto sobre el empleo es significativo. Galfione informó que “el sector ya ha perdido unos 15.000 puestos de trabajo formales” y que alrededor de “300 fábricas han cerrado”, cifra que aumenta si se suman los establecimientos con trabajadores suspendidos o con recorte de horas. Advirtió que, sin cambios, la situación “se va a espiralizar”.
Una de las mayores preocupaciones es el ingreso de ropa usada. Galfione alertó que “estamos importando ropa que no sabemos si está contaminada ni cuál ha sido su tratamiento”. Recordó que la Argentina tenía prohibida su importación hasta 2022, pero la falta de controles permite que “esté entrando de cualquier manera, mucha de ella de contrabando”.
El empresario insistió en que la competencia es desigual. Afirmó que muchos productos importados se fabrican “en lugares donde no hay respeto por las leyes laborales ni ambientales”, mientras que en Argentina la industria debe cumplir normas estrictas. A eso se suman costos estructurales: “Traer un contenedor de Catamarca a Buenos Aires sale lo mismo que mandarlo de Buenos Aires a China”.
Frente a la discusión sobre reformas laborales o impositivas, remarcó que “más allá de una reforma laboral, lo que más nos preocupa ahora es tener trabajo primero”. En este sentido, planteó que la primera medida debería ser “incentivar el consumo”. También reclamó “retornar a los controles aduaneros” para evitar el ingreso de mercadería a precios irrisorios: “Hoy puedo importar un tapado a un dólar y nadie me va a decir nada”.
Sobre los altos precios de la ropa en el país, explicó que el problema no está en la producción sino en la comercialización: “Cuando nuestros productos pasan la puerta de la fábrica entran en ese ‘tren fantasma’ del canal comercial”. Mencionó la presión impositiva, las tasas de interés, los costos logísticos y los alquileres comerciales: “La Argentina tiene problemas estructurales muy grandes que en la ropa se notan mucho”.
Galfione concluyó que el debate debe centrarse en cómo recomponer la actividad productiva y proteger a un sector compuesto mayoritariamente por pymes: “Lo que nos desvela hoy es cómo hacemos para no seguir perdiendo fuentes de trabajo y seguir pagando las quincenas todos los meses”.
